Las fortalezas y debilidades

¿Cómo te has adaptado a los cambios que trajo la pandemia de la COVID-19?

A mi me pilló el confinamiento preparando las oposiciones. Iba por ese entonces como pollo sin cabeza, y, de repente, tuve que parar. Encontrar y echar mano de toda la paciencia. Con los niños en casa, descubrí, con horror, que mi enano tenía lo que sería un Tdah como un piano de cola. Tuve que ponerme a ver en la tele los programas educativos que enseñaban trucos para aprender matemáticas, por ejemplo, y aplicarlos a él.  Y salir corriendo al neuropediatra desde que pudimos poner un pie en la calle.

También he tenido que adaptarme a vivir sin mi madre, que no murió de covid, pero sí lo hizo porque, atender a la gente telefónicamente no es una vía muy correcta para detectar un tumor. Pero he de decir, que, ella llevó la enfermedad con una cabeza y una fortaleza dadas por el deporte que hizo hasta casi el final, con una entereza que me maravilló. Y entonces pensé que yo debía coger ejemplo y ahora todo el mundo alucina porque todos los días, o los días que puedo, voy al gimnasio. Mi madre me llamaba el antideporte con patas. Ese era el nivel.

También me hizo ir a terapia. Que es algo que recomiendo si tienes algún nudo mental que desatar. Llegar a consulta y ver que mi psicóloga era una chavala joven me echó para atrás al principio. Pero solo muy al principio. Porque enseguida conectamos y, gracias a esas horas, yo soy mejor y más fuerte mentalmente en la actualidad, además de que, gracias a Elena, el duelo fue bastante menos penoso de lo que hubiera sido pasarlo a pelo.

Y esas fueron mis adaptaciones! Ah! Y aprobar las oposiciones!


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