La espiritualidad

¿La espiritualidad ocupa un lugar importante en tu vida?

Hace unos 21 años, falleció una señora de manera sorpresiva, para los suyos y para ella misma que no sabía que estuviera tan enferma. En el momento de fallecer, y tras un corto desconcierto, la señora vio cómo una luz le indicaba el camino a seguir, y, a pesar de haber sido tan valiente a lo largo de su vida, despegarse definitivamente de su cuerpo y de los suyos no le resultaba muy atractivo.

Mientras veía su propio cuerpo en la cama, acostado, con su rostro plácido, tal cual era su expresión al dormir, también fue capaz de ver a toda la familia en el salón, con sus caras compungidas todos en shock por lo inesperado de la pérdida. En algunos momentos, se acercaba a unos y a otros y les preguntaba si podían oírla. Pero no. Solo podían oír su propio llanto.

Así estuvo todo hasta después de su entierro. Sorpresa mayúscula al ver quién llevaba su féretro. La tristeza veraz que veía en gente que, ahora, mirados desde la perspectiva de estar fallecida, le hacía capaz de ver que no eran buenas personas. Que la querían bien, pero que en unos años harían mucho daño a las personas que ella amaba y le embargó una tristeza infinita. Debía seguir entre los suyos. La iban a necesitar como la habían necesitado hasta ese día.  Al entrar su féretro en el nicho pensó: «Bueno, ya ha acabado todo! Y ahora qué?».

En esas estaba cuando se coló en casa de su nieta. Parecía la pobre tan afectada! Increíble lo que se puede querer y lo mucho que se puede llorar la primera vez que pierdes a un ser querido…Total, que se acercó a ella y, por probar una última vez dijo: «Me escuchas?» -Sí abuela, te escucho. Qué haces aún aquí?.

-No lo sé! Creo que me da miedo cruzar al otro lado. No sé si quiero saber qué hay más allá de esto.

-Abuela, debes marcharte. Seguir a la luz o lo que quiera que sea que debas hacer. No puedes quedarte aquí!

-Me da un poco de miedo!

-Abuela, quieres que te acompañe?

Tras un momento de sorpresa le preguntó a su nieta que cómo pensaba hacer eso. Su nieta le dijo que no le importaba partir con ella y le contestó: «No, yo creo que si haces eso no nos cruzaremos aquí»

-Entonces debes irte abuelita.  Debes cruzar y buscar a tu madre que seguro que te está esperando con los brazos abiertos. Deja de protegernos. Saldremos adelante. Más tristes, cierto, pero más fuertes.

Durante un instante, se acercó a la muchacha que permanecía sentada en su cama, sintieron ambas la energía fuerte la una  de la otra, y decidió seguir el consejo de la chica.

Tras todo eso, se hizo un silencio pesado, la muchacha dio un suspiro y pensó: «Buen viaje abuelita!. No olvides nunca que te quiero! » se levantó y comenzó a aprender a vivir sin ella.


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