¿Qué te gustaría tatuarte? ¿Dónde?
Si me tatuara algo sería en mi mente. En ella pondría que recuerde que todo lo que siento es válido y que mis pensamientos son producto de la vida que he tenido. Que con ellos me convertí en la mujer que soy. Que gracias a ellos he sobrevivido. Tal vez suene a tontería eso que he dicho, pero en mi entorno, hay personas a las que amo que decidieron un día desconectar su mente, apagarla desde dentro como a un enorme motor al que se accede con un interruptor minúsculo e inventarse una vida paralela a la que prefieren volver cuando dejan de tomar la medicación. En su propio Avatar. Pero este, lleno de monstruos, como las pinturas negras de Goya, torturando sus mentes una y otra vez. Porque, para sus desgracias, estos seres que atacan su interior y que les hace hacer cosas aparentemente ridículas, son mejores que los de carne y hueso. Esos que tienen nombre y apellidos y que habitan entre nosotros, siendo respetados por todos, porque los demás no ven lo que nosotros vimos. Su verdaderas caras.
Si tuviera que tatuarme algo sería algo así como utiliza todo tu ingenio, toda tu fuerza, y sigue caminando. Viviendo. Resiliencia. Qué palabra más bonita, llena de música, de textos, de horas de estudios arrancadas al sueño, de ajustes económicos, de sacrificios.
Si. Si tuviera que tatuarme una sola palabra sería esa. Resiliencia. Es algo que no sólo debemos ponerlo escrito en la piel, sino en el corazón, en la mente, en el alma. Y atrincherarla ahí, para el próximo disgusto. Como el que tengo yo cuando veo caer a alguien que estuvo conmigo en la batalla. Ahora mismo soy como la madre de Jesús en La Piedad. Lloro por las almas perdidas, por nuestra maldita suerte, por ti mi niña linda. Sujeta mi mano. Sujeta mi fuerza. Agárrate a la vida.