¿Quiénes son tus personas favoritas actualmente?
Si hace unos años hubiera contestado a esta pregunta, el texto hubiera tenido un largo de unos pocos renglones.
Actualmente, después de llevar en terapia cuatro años, mi círculo de personas favoritas se ha hecho más grande. Quitando la obviedad de que mi familia contiene a las personas más importantes para mí, mis hijos, por ser como son, por decirme mientras comemos que me quieren muchísimo, por ejemplo, quitándome el aliento lo buena gente que son los dos. No ha sido fácil para mí criar dos hijos cuya forma de vida no tiene que ver con la mía. Me siento en muchas ocasiones, como la mamá pato del patito feo que resultó ser un cisne. Desconcertada.
Luego estaría mi marido, que, siendo mi compañero de vida, es otro extraterrestre al que recuerdo de muy jovencita hacer cosas que me desconcertaban y que ahora veo hacer a mi hija, que es quien más se le parece de los dos. Alucino cómo eres capaz de odiar las cosas que hace un ser querido, haciendo tú exactamente lo mismo sin darte cuenta.
Mi marido ha sido siempre muy buena gente y eso nos ha salvado de la separación. No me ha puesto fácil convivir con él. Tener que explicarle el mundo neurotípico a un hombre que está rozando la jubilación, es, a veces, como escalar el Himalaya. Aunque no me importa. Nunca olvido que ha estado en las duras y en las muy duras, y que, con lo que decía, la frase que soltaba en ese momento podía ser bruñida en oro. Era LA FRASE, con mayúsculas. Y a ella me agarraba. Y mientras luchaba por superar ese momento, se convertía en mi mantra.
Luego están mis hermanos. Mi hermana me dice siempre que escribo muy bien, aunque no he ganado ni un premio ni voy a hacerme rica escribiendo. Ella me animó a abrir este blog y, aunque está entre mis suscriptores, siempre le mando lo que escribo a ella y a mi psicóloga que es otra de mis personas favoritas. Elena. Se merece estar entre este texto también.
A mis hermanos los quiero y los he querido siempre mucho a los dos pero, con la enfermedad de mi madre, descubrimos los tres que, de la mano, haciendo las cosas juntos, ya podía darnos la vida un buen palo, que ahí seguíamos los tres, fuertes. Sin separarnos. Además, son las personas más trabajadoras y serias que conozco y, qué coño! Se merecen todo lo bueno.
Entre mis personas favoritas están también mis amigas. He conseguido crear un hilo de confianza con otras mujeres con las que quedo a la hora del desayuno para pasar esa media hora juntas. Tomando el pulso a la actualidad. Con ellas me iría de viaje, sin pensarlo. Ya lo he hecho con algunas, y fue un éxito. Un viaje en el que uní a mi hija porque no es solo de mis personas favoritas pero prefiero desconectar de ti un rato, no. Lo es incluso, aunque quiera tomarme unas vacaciones de responsabilidades. Como con todas las personas que he enumerado aquí. Personas que fueron tejiendo una red y que, cuando llegó el momento de caer al vacío, cuando me vi gritando desesperada pensando que me volvía loca, entre todos, consiguieron que cayera en blando. En un golpe amortiguado.
Con todos ellos ahora voy subiendo por la pared del agujero donde caí. Y no importa si pierdo el pie y restrocedo. Ellos seguirán a mi lado, hasta que pueda ver qué hay detrás de esta oscuridad. Y ya casi puedo ver el final. Ya empiezo a ver la luz. Y es emocionante!
