¿Qué cosas importantes te han sucedido hoy?
Importante importante, levantarme y ver amanecer podría decir en estos momentos. Hasta el trabajo ha sido tranquilo. Nada destacable. Pero hoy es la orla del pequeño, a las 6 de la tarde. Después de un curso tremendo, donde me he dejado las carnes, con su mucho de carreras, agendas de móvil, médicos, terapias, con su mucho de protesta que cayó toda en saco roto por un viaje de fin de curso no inclusivo que me ha dolido más a mi que a él, en fin, todo un batiburrillo de situaciones que culminan esta tarde. Por fin.
Ayer, mientras olvidaba que el niño tenía terapia y limpiaba el suelo de la habitación de mi hija con un esparto quitando la pintura, vi un video de su clase y de él en una merienda que hicieron esa misma tarde. Hubo baile, comida, regalos…y, mientras miraba absorta, caí en la cuenta de que su tutor no lo había entendido ni un poquito. Como si mi hijo fuera un robot con un manual de instrucciones de dos kilos, complejo, raro, con el que debes mantener las distancias, y me puse triste y pensé que, culminando su jubilación, se ha perdido conocer a un ser humano grandioso, lleno de empuje, que lleva las manos llenas de amor hacia los que quiere. Se le ha escapado. No va a ser uno de los privilegiados que disfrutan de él a manos llenas. Mientras sus compañeros bailaban, el deambulaba alrededor porque nadie le explicó de qué iba todo aquello. Nadie se acordó de decirle que pertenece al grupo.Mi hijo se ha dado cuenta de su indiferencia y, en ese devenir de, «lo que pasa aquí realmente es que es un gandúl», pasando por, nada de madres en el viaje, bueno sí, la de otros pero yo no que por lo visto soy bien coñazo, además de ponerlo siempre en algún lugar donde no molestara o se notara su presencia, discusiones con la directora, que no se acordaba, dice, de los problemas que hubieron con la hermana en su viaje de fin curso…en fin, que todo ha sido una auténtica suma de despropósitos.
Pero todo termina y, hace un rato me ha mandado un correo sorprendido porque el niño no quiere estar en la gala de fin de curso. Y me lo pregunta extrañado! Es como si te apuñalan y luego te preguntan: «te dolió? En serio?» Por supuesto le he dejado caer no de forma muy sutil que había ganado y había conseguido lo que nadie. Que mi hijo solo de pensar en actuaciones se ponga nervioso. Anda y suelta chico! Déjanos en paz! Son los frutos que has sembrado!.
Nosotros nos sentaremos quizás junto, quizás no, y veremos una orla que sólo será emocionante cuando lo nombren. Y entonces recordaré todo lo que hemos pasado hasta llegar aquí, hasta este momento. Nos queda camino por delante, es cierto, pero será más pequeño que el caminado ya. Me levantaré de mi asiento y lo aplaudiré gritando bravo, como un náufrago en una isla, delante del salón de actos, homenajeando al superhéroe. A uno que no lleva capa. Ni falta que le hace!