He tenido un final de diciembre bastante patético. En lo que tendría que haber sido paseos, comidas, brindis…se convirtió en silencios, enfermedades, paseos a la farmacia, y una llamada del colegio porque necesitaban explicarnos que había venido un orientador enviado por la Consejería que había visto y valorado al niño y quería exponernos sus conclusiones. Por lo visto, las dificultades en el área de las matemáticas y la lengua, que generalmente ya se ven afectadas por el autismo y el Tdah, tienen un plus de desarrollo neuronal deficitario en los últimos tres meses del embarazo, lo que se traduce en que esas dificultades, lejos de ser salvables, como el Tdah, quedarán en él toda su vida, como lo hará su propia condición de autista.
El informe, todos los informes, son desapacionados, con mucha palabrería técnica y compleja que no todos los padres del mundo somos capaces de entender. Lo que este informe viene a decir es que presenta una inteligencia por debajo de la media, con unas dificultades en la lengua que llegan al punto de no distinguir fonemas, y con unas dificultades en las matemáticas que hacen que, si no ve lo que le estás explicando, no es capaz de entenderlo. Hablamos de un chaval que no es capaz de memorizar la tabla de multiplicar, lleva normalmente un llavero con todas ellas plastificadas, manualidad realizada por su padre que le hizo una para el cole y otra para casa, tiene una grafía horrorosa, que no entiende la utilidad de llevar una agenda y que, según la madre, esta que escribe, hace muy difícil su educación escolar. Eso objetivamente hablando. Intentando que no aparezca en este texto la tristeza profunda que se siente cuando tienes un hijo o hija con X dificultades, y lo culpable que te sientes porque, vaya por Dios! tú eras su incubadora. En fin.
Lo cierto y verdad es que, todo el informe habla de los apoyos que necesita, de que el colegio está dando el do de pecho, de que, y eso también es importante, puede seguir recibiendo formación escolar en un colegio ordinario, y remata el mismo con unos consejos que le da a los padres. He de decir, en honor a la verdad, que ya seguíamos esos consejos sin saber que lo eran. Pero al final del todo, aparece una frase que dice que el niño necesita triunfar en otras tareas. Y eso es cierto. Él es absolutamente consciente de que es un desastre. Tu autoestima, con diez años,empieza a hacer aguas cuando te comparas con tus compañeros. Ya el otro día me dijo que él no era bueno en nada. Y le dije que no era cierto. Y no mentí. Es bueno cuando realiza una actividad que le gusta..pero hay pocas actividades que llenen su exigua paciencia. También nos dice que tiene buena memoria. Lo hemos comprobado. Puedes preguntarle la tabla del cuatro dos mil veces, y fallarlas todas, pero si le enseñas la imagen de un dinosaurio, el que sea, y le preguntas cómo se llama, te lo dirá sin equivocarse. Hay cosas que en el informe no aparecen y que son igual de importantes. Su sentido del humor. El no perder la sonrisa ante las adversidades. Tiene un concepto de sí mismo, que no se ha ido aún a tomar por el jánder gracias a que la familia siempre valora como un diamante todos sus logros. Y en eso estamos. Busco alguna actividad en la que él no necesite de la familia para sentirse diamante. Que lo sienta por sí mismo. Quizá el deporte, hacer carreras, saltar…eso se le da muy bien. No es un Michael Phelps. No puedo ponerlo en natación porque siente horror a mojarse la cabeza. Pero bueno, tengo todo el tiempo del mundo para buscar y buscar hasta que la vida se me acabe. No voy a rendirme. Eso sí que no es una opción.