El jardín

¿Cuáles son las 5 frutas que más te gustan?

Hace mucho tiempo, no sé si me lo contaron o me lo estoy inventando, había un señor que poseía un jardín enorme, lleno de todo tipo de árboles frutales que daban unos frutos maravillosos. Además, este señor no dejaba que nada ni nadie visitara su jardín, ni siquiera las aves, y, para ello, lo mantenía vallado y con espantapájaros para evitar que nada pudiera estropear tanta belleza. A veces paseaba por él y cogía alguna manzana que iba comiendo despacio mientras contemplaba su obra. Notaba, con algo de preocupación,  que sus árboles iban cogiendo una tonalidad algo oscura y apagada. Al principio, se circunscribía a un rincón, pero más adelante notó que la oscuridad se extendía poco a poco por todo el jardín.

Al otro lado del muro, vivía un pequeño y su madre, una mujer delicada de salud a la que su hijo no sabía qué hacer para verla feliz. Un día, por encima del muro, vio que sobresalía la manzana más roja que había visto en sus 11 años. No se lo pensó dos veces y trepó hasta alcanzarla. Tras probarla, decidió llevar unas pocas a su madre, y consiguió con ello que la mujer se pusiera muy feliz, así que, los asaltos al jardín se convirtieron en una rutina diaria.

Un día, el dueño se dio cuenta de que el jardín tenía un brillo especial, tanto, que ni la luz del sol conseguía ese fulgor. Extrañado, decidió averiguar a qué se debía ese cambio. En esas estaba cuando oyó un ruido en el muro y luego vio a un renacuajo flacucho al que pilló bajando la pared. Cuando lo agarró por el brazo, notó que, si se descuidaba, podría llegar a hacerle daño, así que se ahorró darle el pescozón que le tenía preparado.

En un momento lo entendió todo. Su jardín agradecía las visitas de aquel niño y del disfrute de sus frutas. Entonces se agachó para poder mirarlo directamente a los ojos. «Escucha»-le dijo, «no vuelvas a saltar ese muro tan alto que puedes hacerte daño. Si quieres algo toca a mi puerta que siempre serás bienvenido. Mi jardín está encantado con tus visitas, así que yo no te lo voy a poner difícil.»

A partir de ese día, aquel jardín se convirtió en el mejor y más famoso a muchos kilómetros a la redonda.

Esa es la historia que escuché o que me he inventado…


3 respuestas a “El jardín”

Replica a sandruski1 Cancelar la respuesta