Mi género musical favorito

¿Cuál es tu género de música favorito?

A mí la música me ha acompañado toda la vida. Mi madre solía poner la radio por las mañanas, y escuchaba música hasta que terminaba la comida. Cuando mi padre se compró el SEAT, mi madre se sacó el carnet. Estaba harta de ir y venir a casa de su madre en la guagua. Teníamos que bajarnos de una, subirnos en otra, para llegar hasta el moño de estar sentadas, en una ciudad un tanto hostil con las mujeres como mi madre, modernas y que encima iba sola con una enana flacucha y contestona con todo aquel que mirara mal que su madre se vistiera como una mujer joven y avanzada a la época. Lo único que le hubiera faltado es que yo fuera una hija extramatrimonial, o, peor aún, hija de madre soltera. Eso la hubiera llevado directamente a la hoguera.

Cuando se sacó el carnet ya estaba mi hermana nacida. nos sentábamos detrás, en el coche, y escuchábamos lo que mi madre pusiese que solía ser Roberto Carlos. Jolín! Cómo nos gustaba ese hombre!

Siendo yo adolescente, hicieron un culebrón hecho creo que en Brasil, y, la entradilla, la canción con la que empezaba era una canción suya. Nos zampamos el culebrón. También le gustaba muchísimo Barry White, tanto, que cuando salió la serie de Ally McBeal, me vi todos los capítulos por la música que ponían en ella porque uno de sus compañeros era súper fan de Barry White y se lo traen creo que como sorpresa por su cumpleaños en uno de los capítulos.  También había una pianista que salía en casi cada capítulo, Vonda Shepard, que ponía música a los sentimientos de la protagonista y siempre pensé que todos debíamos tener una en momentos épicos de nuestra vida. Pero no. Debemos conformarnos con ser nosotros los que llenemos los silencios con la música que nos apetece escuchar.

Cuando mi madre se marchó a Alemania, me acompañaron grupos españoles de todo tipo. Alaska y los Pegamoides, si, antes de ser Dinarama, Luz Casal, que me sigue acompañando hasta hoy y a la que fui a ver a un concierto que me encantó…Todos ellos fueron dejando en mi ADN, parte de sus notas, de sus frases, como el mítico: «A quién le importa?»

En casa de mi abuela, con la que vivía, los gustos musicales iban por tíos. A mi tío el mayor le encantaba Barbra Streisand, Bee Gees, Kenny Rogers… luego estaba mi tío más pequeño, al que le encantaba Nat King Cole, Los Panchos, Raphael, Julio Iglesias…y con ese tocadisco que no paraba de sonar, llegué a la adultez.

Más o menos por las fechas en las que me casé, descubrí a Juan Luis Guerra, y con él la música que venía del otro lado del océano y me enamoré de ella. Fui una vez a un concierto de salsa que duró 6 horas y que me zampé enteras. Te regalaban  unas maracas al entrar  y su ruido me acompañó, incluso, durante el sueño. Recuerdo también  que había un programa musical, sobre todo lo que se producía en países como México, Venezuela, Perú, Chile…y yo me sentaba por las mañanas, frente al televisor y se lo ponía a mi hija. Era lo único con lo que conseguía tener un rato de tranquilidad. Lo que duraba el programa. Luego ya fue ella quien buscó lo que le apetecía escuchar a través de Youtube. Es curioso cómo no era capaz de hablar, pero sí era capaz de encontrar el «I want to Break Free» de Queen ella solita.

Luego vino el enano, y a él le iba más gente como Ketty Perry y su «roar» o el «Can´t stop the feeling!» de Justin Timberlake. Muy pop el muchacho. Otro al que le encanta ir en el coche sumido en sus pensamientos mientras van pasando las canciones de la playlist de su padre.

Por último, el lunes, al llegar al trabajo, después de pasar el examen de promoción interna el sábado y de corregírmelo el domingo, alguien me preguntó que cómo me había ido y no pude evitar contestarle: Oops!…I Did It Again de Britney Spears, y con esa canción con la que te puede dar diabetes tipo 2, contesté de manera divertida a algo que no creía posible. He conseguido aprobar el maldito examen. Y ahora voy a dedicar el resto del verano a hacer dos cosas que me encantan. Escuchar música y escribir.


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