¿Con qué marcas te identificas?
Una pitonisa le dijo un día que se casaría con una mujer con una marca bien visible en su rostro.
Con el paso de los años, se enamoró y se decepcionó un montón de veces. Pero un día, llegó demasiado temprano a clase, en la universidad donde estudiaba, y se sentó a esperar en unos bancos que habían fuera. Pasó una compañera, miró el aula cerrada y le dijo que si se iban a tomar un café juntos.
Él ya se había fijado en ella, una chica bajita, con el pelo corto, rapado por detrás, que era exactamente el tipo de mujer que no le gustaba. Pero esa chica tenía una personalidad muy fuerte, envolvente, que hacía que su cabeza se girara a su paso.
Decidió tomar ese café con la firme decisión de desencantarse de una vez del magnetismo de aquella mujer.
Se sentaron a la mesa y ella pronto decidió que también tenía hambre y llamó al camarero para pedirle un bocata. Y allí, mientras ella comía, se fijó en sus labios, que ella siempre llevaba pintados de rojo. Ella hablaba y reía mientras lo observaba escrutadora, con aquellos ojos grandes y marrones.
Se limpió sus labios con la servilleta, dejando a la vista una pequeña cicatriz que recorría su boca de arriba abajo.
«Qué te pasó ahí?» Le preguntó. «Te arañó un gato?». Ella se sonrió y le contestó que no moviendo la cabeza. «Mi madre» contestó en un murmullo. «La maternidad le llegó muy joven y yo era muy llorona. Perdió los nervios y, de una bofetada, me dejó esta marca».
Él se la quedó mirando, mudo, y notó cómo su alma se deslizaba suavemente por debajo de la mesa hasta llegar a ella. Y supo que estaba unido irremediablemente a aquella chica. Y entendió que no querría separarse nunca.
2 respuestas a “La marca”
Qué bonita historia 🔝
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Muchísimas gracias! 😊
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