Llevo un fin de semana bastante tristona, supongo que, consecuencia directa de la yinkana que he tenido que hacer para poder presentarme al examen de las oposiciones. Resulta que se empezaba un poquito a criterio de quien estaba dentro del aula donde hacías el examen. Con el primero de los tres, nos pegamos hora y media. Luego vino un segundo que, por supuesto, no empezó seguido del primero. Este fue de media hora. Pedí ir al baño porque llevaba desde las siete y cinco de la mañana allí y eran las doce, y aproveché para preguntar a quien vigilaba el aula si podía irme a la mitad del tercer ejercicio si no sabía las respuestas. No. Y el examen último era de 45 minutos. Socorro! Total que salí a la una y cuarto, corriendo, llamando a mi hija, a la terapeuta de mi hijo, e intentando que no saltara, a esas horas, todo por los aires. Cuando me encaré a mi hija me dijo que el examen no le había salido bien, y, de repente, mi alma viajó hasta mis pies, mi ánimo se fue a tomar por saco y, desde ahí, hasta ahora mismo, mis ojos parecen dos fuentes de esas que enchufas y no dejan de manar agua.

Cuando llegamos a casa, fui a comprar para hacer algo rápido de comer y volví corriendo. Brindamos por el esfuerzo hecho por los tres para sobrevivir al día y pico de mierda que llevábamos y mi hija y yo nos arrastramos al dormitorio a dormir y recuperarnos del madrugón. Al despertar de la siesta, comencé tímidamente a recoger un poco la casa y a disfrutar de series de esas que son bonitas, basadas en un libro de una escritora como Jane Austen, y en las que, lo más terrible que pasa es que, por ejemplo, la protagonista ponga sus dos pies en un charco y se arruine su vestido. Mientras, yo la veía y secaba mis lágrimas.

Como tenía el móvil en silencio, no vi que me había entrado un mensaje. Una amiga, que vive por la zona, se ofreció a dar un paseo conmigo esta tarde para hablar un poco. Supongo que debe notarse mi tristeza. Quedarme el día de la oposición con mis hijos, sola, porque a mi marido le importa cero que yo deba ir como pollo sin cabeza solventando todos y cada uno de los obstáculos, que le pidiera por favor que no fuera al viaje y que, como no! no ha mirado ni para atrás, me ha dado en toda la línea de flotación. Eso sí, sin volver para atrás ni para coger impulso. Le he dicho que cuando vuelva del viaje dejaremos de ser una pareja para ser un tú y yo. Se acabó el nosotros. Creo que él nunca ha sabido hablar en plural, ni siquiera cuando se refiere a sus hijos pero esto último, tal vez, lo diga desde el cabreo y la decepción.

Puede que esta tarde salga  a dar ese paseo con mi amiga. Tal vez le pregunte si se alquila algo bueno, bonito y barato en su barrio. Un barrio en el que, a pesar de todos los problemas que tiene, se está dando una pátina de lustre porque, cada vez, la gente desea más vivir en un lugar donde se encuentran las cuatro torres de la ciudad de la justicia, que  que les ha hecho convivir con un glamour que les era desconocido.

Si. Tal vez me vaya a dar ese paseo. Para hablar con alguien de fuera de Avatar. Para que me diga que no estoy loca por decidir que, si me tocas a los chicos y los dejas tirados, no mereces seguir casado conmigo. No cuando me he dejado la piel para acompañarlos en un viaje que es apasionante y duro a partes iguales. Si no me aportas te apartas. Pero es tan duro ver cómo lo ha hecho sin dudar ni un solo segundo…!

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7 respuestas a “El examen”

  1. Mi querida Ana, al leerte no puedo evitar sentir un nudo enorme en el corazón…
    ojalá estuviera cerquita de ti para abrazarte fuerte, escucharte sin prisas y prestarte todo mi apoyo, me duele que quien tiene que hacerlo no esté a la altura, pero la mayoría de hombres son así, aunque afortunadamente algunos tienen algo de sensibilidad.
    Lo que cuentas refleja una fuerza inmensa y un amor enorme por tus hijos, incluso en medio del cansancio y la decepción.
    Eres una mujer valiente, sensible y admirable; no estás sola, ni loca por sentir como sientes, a pesar de lo que salga, me alegra que os hayáis presentado a los exámenes.
    Ojalá este paseo con tu amiga te dé un poquito de aire y calma, porque te la mereces de verdad ❤️.
    Mil besos. 🥰🩵💖🌷

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