Cuéntanos algo que la mayoría de la gente probablemente desconoce de ti.

Hay muchas cosas que la gente no sabe de mi, ni siquiera mis más cercanos. Por ejemplo, tengo mucho sentido del humor pero no ejerzo. No me gusta llamar la atención y no me gusta ser el alma de la fiesta, sobre todo si he tomado alcohol. No quiero ejercer de graciosa, y no solo no serlo, sino notarse que llevas varias copas, y lo que estás haciendo, en realidad, es el ridículo.

Tengo un problema con lo de beber alcohol. Siempre he creído que lo hacía en exceso, tal vez porque he llegado a tomar una copa de vino tinto a diario, o dos, y ya a mi eso me parece absolutamente excesivo. Me gusta tomar un vino mientras leo un blog o un libro, en el silencio de mi cocina. En uno de esos pocos momentos que son para mí, siendo observada muy de cerca por mis hijos. Y no me gusta.

Mi opinión es que debería beber cero cantidades de tinto. No porque vaya a botella diaria, que no, pero que puedo animarme y hacerlo! sino porque he visto en mi familia los estragos que ha hecho el alcohol.  Mi abuelo bebía y, cuando no venía a casa borracho, formaba un espectáculo que solía consistir en tirar y romper algo, o abofetear a alguien, y luego echarnos a todos a la calle. Cuando me dijo mi terapeuta que era por el síndrome de abstinencia, caí en la cuenta de hasta qué punto vivía ese tóxico clavado en su cerebro. Uno ve cosas y las normaliza y no pone nombres. Aquí una abuela, que tenía mi edad, aquí un alcohólico. Yo vivía con ellos, con toda mi familia materna, así que se daba la circunstancia de que, a veces, acabábamos en casa de mis padres, como si, en vez de quedarme porque aquella era la habitación de mi hermana y mía, me hicieran una caridad. Lo que tiene no pertenecer a ningún sitio!  Recuerdo un fin de semana en el que yo estaba con mis padres, y sonó el timbre de la puerta. Fue a abrir mi madre, y, al hacerlo, nos encontramos a toda su familia con cara de circunstancias. Recuerdo también a mi tío, sujetando la jaula de un canario, tomándose aquella situación a la risa, hasta que su mente se quebró en algún punto de todas aquellas situaciones y, con 57 años, sólo dos años más que yo ahora, dijo que estaba cansado de luchar contra aquél monstruo de su cabeza y, sin despedirse, marchó en busca de su madre, que ya había partido diez años atrás.

No me gusta vivir con muletas. No me gusta apoyarme en algo que no es más que un tóxico. No me conviene porque tengo el colesterol alto, pero luego descorcho la botella y se me pasa. A pesar de que puso a mi familia del revés, a  pesar de que mi madre se reconocía como una alcohólica social y que procuraba socializar mucho para poder ejercer de tal.

De tal palo tal astilla, me dirían. Pero yo no quiero ser la figurante en la vida de otros. Quiero ser la protagonista de la mía. No deseo ver cómo otros me miran mientras yo hago el tonto sin ser consciente de que lo estoy haciendo. Qué pesados nos ponemos al beber! O qué agresivos…! No me gusta perder el control. Pero claro, estuve tantos años buscando la forma de tomar los mandos de mi vida para no estrellarme, que ahora control es mi mantra, y resulta igual de estresante sostenerlo en el tiempo que flagelarme cada vez que tomo una copa. Me han pasado muchas cosas. Cosas que no puedo contar porque me resultan dolorosas. Por eso el afán por controlar y ser prácticamente perfecta como Mary Popins. El martes me voy de viaje y me he prometido no beber sino refrescos o agua. A ver qué tal me va! Me voy a Andalucía, a Córdoba, y, si me da tiempo, escribiré algo del viaje. Por dejarlo escrito. Para que no se me olvide que he viajado dos tristes veces con amigas y me lo he pasado genial.  Voy con tres amigas y mi hija, y me vuelvo el sábado a mediodía. Así que, si Dios quiere, no acabaremos hasta el parrús las unas de las otras. Que cuando nos hacemos mayores vamos teniendo la patología de nuestras coñas y rutinas. Tenemos tres visitas programadas y luego daremos paseos hasta que el cuerpo de mis amigas aguante. O el mío! Que ya no somos unas niñas…excepto mi hija!

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4 respuestas a “Sobre mí”

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