La vida es como las mareas. Unas veces avanzamos hacia adelante, con fuerza inusitada, otras veces, de una manera más ligera, pero, en algún punto, retrocedemos o somos absorbidos por la Madre Tierra, y entonces debemos, mientras reposamos el haber ido hacia atrás, recuperar fuerzas para volver hacia delante, para con suerte,  ganar terreno, o para volver al punto de origen. Todo esto lo digo porque, ahora mismo, me encuentro en un lugar personal en el que necesito parar y reponer fuerzas para avanzar.

El jueves mi compañera me dijo que tenía dos entradas para ver a Goyo Jiménez, el humorista actuaba en  un pueblo de la isla  pero que, una de ellas, la de su marido, se iba a perder porque él, que se dedica a la política, tenía que ejercer de tal a la hora del espectáculo. Me animó a ir y, antes de decirle que no, me dijo que si yo no iba iría sola. Vaya por Dios! A mí ese pueblo me queda muy lejos de Avatar, luego la logística de dejar a parte de sus habitantes tres horas solos, luego las fechas, en las que no soporto encontrarme con un montón de gente, comprando y dándote con los paquetes en las costillas, mientras tú solo pretendes alcanzar la otra acera. Le respondí que lo pensaría. Solo hasta el viernes por la mañana porque así le quedaría tiempo para buscar a otra persona. También le dije que yo iría en guaguas (dos) a su casa y que de ahí salíamos al pueblo. Que no fuera a buscarme si decía que si. Total, que, pensando que tal vez ver a ese hombre me animaría por un rato, le mandé un mensaje el viernes donde ella no fue a trabajar por ser el cumpleaños de su hijo. Mi compi para animarme más, ya me había mandado las entradas por WhatsApp. Todo eso, claro está, con una reunión al más alto nivel aquí en Avatar. Me dijeron que no les importaba que fuera pero que estaba loca por hacerlo. Ir a un pueblo a tomar por saco a ver a un humorista si lo puedes ver en la tablet! Incontestable!

Vinieron a recogerme, porque, a pesar de la vergüenza que me daba hacerlos viajar en dirección contraria a donde sería el espectáculo, lo hicieron de mil amores y yo me ahorré el sofocón y las apreturas del transporte público y el bendito Black Friday. Llegamos a un pueblo al que yo no he visitado en más de 20 años. Los mismos que mi hija mayor. Paseé por sus calles ya iluminadas y decoradas con motivos navideños, mientras pensaba que, durante todos esos años, yo había visto cero encendidos de  pueblos de la isla. Me maravillaba de sus callejuelas, me alucinaba con la cantidad de gente que conocía mi compi, a la que veía hacer una vida social desconocida para mi, y, tras tomar algo antes, nos fuimos al teatro.

La verdad es que lloré de la risa, aplaudí como una loca al final, y salí del teatro con la herida que tengo en el costado un poco más cerrada. No mucho, pero sí lo suficiente como para volver a respirar con cierta normalidad.

Ahora mismo no sé qué camino coger, si debo coger alguno, o quedarme flotando en el aire, como un folio o una hoja mecidos por el viento. Necesito cargar pilas, porque el tema del enano me ha dado en toda la línea de flotación. Tal vez no sea nada y la próxima semana estaré bien y seguiré contando las cosas de este planeta y sus gentes. Tal vez no. Tal vez necesite hacerme bolita en un rincón del planeta, sin moverme  y hacerme piedra. Quizás es eso lo que necesito. Solo sé que quiero hacerme humo. Flotar y no sentir más que al dolor que me llena toda, hacerlo más pequeño y llevarlo conmigo sin que pese tanto como ahora.

Me quedo en Avatar terrícolas! Hasta ahora ha sido un placer coincidir con vuestras lecturas, opiniones y letras. No es una despedida porque a mí eso no me gusta. Ya lo he probado y prefiero los hasta luego.  Porque a lo mejor cojo el blog y sigo. Pero a lo mejor no. Depende de lo que tarde en cerrar la herida…Depende de a dónde me lleve ahora mismo la marea y su pleamar. Un beso enorme a los que, hasta hoy, me habéis leído. Muchísimas gracias! ❤️

La foto no hace justicia pero la pongo porque es mi primera visita a uno engalanado por la Navidad
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6 respuestas a “Mi dolor”

  1. No sabes cómo me alegra saber que fuiste a ver el espectáculo con tu compi, creo que son pequeños pasos que se dan y aunque no parezcan importantes lo son y mucho.
    Es empezar a hacer cosas para ti, disfrutar de tus momentos, dedicarte tiempo y esas risas que tan necesarias son para todo.
    Entiendo muy bien lo que cuentas de hacerse humo, sentir la necesidad de desaparecer, si supieras cuántas veces lo digo…
    Aunque mi frase favorita para que no suene tan duro a los oídos de los demás es: me gustaría ser invisible, pero no para cotillear sin ser vista, si no, simplemente para que nadie me vea, para pasar completamente desapercibida.
    Ojalá esas olas te den la fuerza necesaria para llegar a la orilla, para recargar tu energía, para saber que eres muchísimo más que una hoja al viento.
    Sigue luchando, eres una guerrera, lo demuestras cada día en cada cosa que haces, así nos lo transmites.
    Aunque no sepas mucho de mí, quiero que sepas que aquí lejos, en un rinconcito, hay un corazón que te tiene cariño, que le gustaría saberte feliz y saber de tus hijos también, y sobre todo alguien que estará esperando tus escritos.
    Cuídate mucho, querida Ana.
    Un besito grande. 💗🥰🌷

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  2. A veces, la vida nos insta a parar y reponer fuerzas como bien dices, Ana. Llega un momento en el que es necesario priorizar lo verdaderamente importante para uno mismo. Siempre es un placer leerte. Tu resiliencia es muy inspiradora. Mucho ánimo y fuerza. Un abrazo muy fuerte❤️🫂❤️

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