Hoy es el cumpleaños de mi padre. Cumple 81 años, me lleva 26, y no sé si está vivo o muerto. Hablando con mi hermana le he dicho que difícilmente nos íbamos a enterar de su fallecimiento puesto que sus hermanos (tenía 3) han muerto hace tiempo ya.
Yo llevo haciendo desde ayer un: «si mi padre nos hubiera querido…» Si sus sentimientos hacia nosotras hubieran sido otros, mi hermana y yo nos hubiéramos quedado viviendo juntas. Por ejemplo. No me hubiera mentido diciendo que su cumpleaños caía el mismo día en que mi madre se fue, un 26 de noviembre, haciéndome sentir fatal durante años y reciminando a mi madre algo que era incierto. La pobre mujer tuvo que enseñarme el libro de familia para quitarse el título de mala mujer de encima, aunque yo, la verdad, lo único que pensé cuando me dijo que era su cumpleaños, fue pensar que ya habían fechas en el calendario como para elegir ESE día. Y sentí un poco de lástima hacia la figura paterna, lástima que no fue nunca recíproca.
Si él me hubiera querido siquiera un poquito, me habría apoyado, por ejemplo, en darme estudios. Yo deseaba hacer derecho pero él no quería cumplir ese deseo. Él solo quería que yo no existiera, como ya había hecho con mi hermana que se había marchado con mi madre. Creo que se intercambiaron una o dos cartas, pero él, al que le encantaba ser la víctima, prefirió decir, seguramente, que no tenía noticias de la niña. De hecho! A la gente que lo rodea en la actualidad, no les dice que tiene dos hijas por ahí. Imaginen! Quieres quedar como el pobrecito de la peli, y tu mujer te abandona y se lleva a una de tus hijas. La más bonita de las dos. La más sociable. La number one. Pero tienes un problema, que tu primogénita, ese pedazo de grano en el culo, vive y comparte el mismo aire que tú, y fíjate! tiene boca y buena memoria, y algo aún peor, sabe lo que ignoras a su hermana. Además, por ese odio soterrado que le tienes por lista, la tratas como si fuera basura y, cuando estaba recomponiéndose de un accidente de coches, por poner un ejemplo, durante una visita de dos horas, decidió hacer como si ella no estuviera en la misma habitación.
Recuerdo salir de allí, llorando, y llegar a casa de mi abuela y ella pegar los trozos con un abrazo. «No digas que no te quiere mujer! Es solo que él no sabe demostrar cariño!!» Ay abuelita!! Ella también acabó entendiendo que no era que no sabía, sino algo peor, que no le daba la gana.
Primero me cerró el grifo económico, aunque nunca lo que le daba a mi abuela porque ella lo amenazó diciéndole que, si no había dinero, yo debía volver a vivir con él, y, claro! un trago de lejía le era más apetecible que eso. Me puse a trabajar, primero a jornada completa y luego a turnos. El gusanillo de estudiar seguía ahí y me decidí a hacer la diplomatura de turismo, que era privada pero que se pagaba mes a mes, en una cuota de lo que hoy serían 60 euros. Le daba a mi abuela parte de mi sueldo, ganando 350 euros, le aflojaba 200, así que lo que restaba era para el transporte, aunque casi siempre iba caminando, y poco más.
Luego, como broche final, me dijo que dejara de molestarlo, y entonces le dije parte de lo que sentía. Le pregunté que porqué no tenía los redaños de decirme la verdad. Que no me quería. Que le molestaba mi existir. Que hubiera preferido no haber tenido retoños, mientras él se retorcía como un gusano para ocultar que la palabra padre no estaba hecha para su persona.Entonces recogí mi orgullo, los pedazos que encontré a mi alrededor, mi tristeza, y salí por la puerta de una casa que vendió al poco. Para que no quedara huellas de lo sucedido. Para tirar los recuerdos, las fotos, ropa, muñecas…todo a la basura. A pesar de ello, me recompuse, salí adelante y me convertí en la mujer que soy hoy día. Una que necesita terapia para avanzar, cierto, pero una mujer que ama a sus hijos. Sin ningún atisbo de dudas.
2 respuestas a “Y si…”
gracias.,fue una gran historia real de amor poroio.
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❤️🙏🫂
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