¿Cuál es tu proyecto profesional?
Siempre, durante toda mi vida, he sido un Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Solo he necesitado algo de ayuda cuando comencé a trabajar y mi hija se encontraba muy enferma. Era muy pequeña, así que, miré a mi alrededor y, buscando a alguien, pensé en una persona que no trabajaba por las mañanas. Cuando estaba intentando coger carrerilla, explicando lo enferma que estaba la niña, antes incluso de solicitarlo, de pedirlo, mi interlocutora me dijo que ni se me ocurriera terminar la frase. Que la respuesta iba a ser no y así fue. Estuve tres días sin ir al trabajo. Eso sí, cuando envié los justificantes, mis jefes fueron, y no estoy siendo cínica, bastante más comprensivos que ella. Así que, desde ese día y hasta hoy, decidí que no iba a pedir un favor ni iba a contar nunca con nadie para sacarme las castañas del fuego. No fue nada proporcionado. Poner en el mismo saco a tod@s por un garbanzo negro no es justo. Y, mirando hacia atrás, nunca dejaría a mi niña con alguien que no piense menos que ella es un ser humano maravilloso. He conocido gente mucho más generosa y solícita a lo largo de mi vida. Mis amigas, por ejemplo. Fuimos juntas de viaje y mi hija fue con nosotras. Y disfrutamos como dos enanas, como ella misma dijo que ocurriría.
Ahora, llevada por esa misma estela insolidaria, por no querer tener que contar con nadie para nada, ni un permiso, ni las vacaciones, ni nada, he decidido ascender. El sueldo es un meh, pero supone llevar tu mesa y tus expedientes. Ahora mismo trabajo con alguien que es una persona maravillosa, pero, es interina. No vamos a trabajar juntas muchos años. Con ella me llevo de maravilla. Nos reímos de las mismas cosas y tenemos la misma filosofía laboral. Ahora disfruto mucho mi trabajo, pero llegará un momento que esto acabará. Y uno debe crecer y buscar sus propios lugares donde seguir siendo una misma. Y lo haré. Sola. Sintiéndome como un águila. Volando sola. Casi sin mover las alas. Planeando el aire.