Describe tu semana ideal.

En una vida hipotética, mi semana ideal sería una en la que pudiera ir a ver a mi madre, tomar café con mi hermana, o irme de copas con mi hermano.

En una vida hipotética, mi hija iría a la universidad y ya estaría contándome por teléfono, entre risas, las anécdotas de vivir y estudiar en la isla de enfrente. Yo le diría que tuviera mucho cuidado y, al colgar, pensaría lo bonito y bueno que es empezar a desplegar las alas para el comienzo de un vuelo en solitario.

En una vida hipotética, mi hijo me diría que se quiere apuntar en tal o en cual actividad, donde también se ha apuntado su amigo X, y que está deseando empezar porque va a ser muy divertida. También me diría que ya está con la cuenta atrás del viaje de fin de curso. «A  Disneyland París mamá, qué guay!!»

En una vida hipotética estaría en un chat de padres del cole, que cuando avisaran de una chaqueta perdida, pondría un «No, en la mochila de mi hijo no está» y, seguramente, sería amiga de alguna madre del grupo y nos iríamos a tomar café a la salida del cole.

En una vida hipotética, yo no iría a terapia porque mi vida habría sido una vida sin sobresaltos, con una familia perfecta de un barrio perfecto de una ciudad perfecta. Como la de Truman, que no sabía que la suya era un show, un gran hermano gigante. La mía, al igual que la suya, ha sido objeto de escrutinio, de opiniones no pedidas, de prensa incluso. Pero no de la rosa o de la financiera. De la que se dedica a los sucesos.

Ahora que lo pienso, en esa vida hipotética no habría conocido a la gente que, cuando me iba ahogando me dieron la mano para que eso no sucediera. No hubiera conocido a toda esa gente que me he tropezado en asociaciones y cursos y, que, aún con el paso de los años, tengo entre mis contactos en el móvil.

Si viviera esa vida hipotética no sería la persona que soy, la mujer en la que me he convertido. La mujer que ha aprendido que, si una planta puede brotar entre piedras, porqué no, crecer en la adversidad. Por eso, a pesar de no vivir ninguna semana tranquila, lo acepto, respiro y sigo adelante. Hasta que la vida quiera!


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