LA FELICIDAD

When are you most happy?

Ayer fue el final del primer cuatrimestre del curso de los peques en general, y del mío en particular.

La mañana comenzó yendo, esta que escribe, hasta la comisaría de policía porque debía renovar el dni. Fui caminando, para atemperar los nervios que me dan estos días. Me quité el documento viejo de encima, cosa que deseaba porque con el hackeo del móvil, entraron en todos mis datos, y  ese en concreto fue uno de tantos.. Desde ese día, vivo en un sinvivir. Panda de sinvergüenzas!

Al grano, el peque. El acto del cole empieza a las 10 y media y termina a las doce y pico de mediodía. Teníamos que salir después de actuar la clase del niño, porque mi marido se iba a trabajar. Él salió con sus compañeros y yo notaba que, de vez en cuando se paraba y miraba para el suelo. Cuando salimos, me dijo que le dieron ganas de vomitar durante la actuación. Y entonces, como si lo hiciera todos los días, me soltó: «No sé por qué me pasa eso si estoy más que acostumbrado a salir en ese salón de actos y con compañeros de toda la vida!». Casi no me da un pasmo. Me estaba relatando algo que tenía que ver con su sentir interior, algo que no había hecho nunca. Malamente era capaz de contar que había tenido un examen y si le había salido bien o mal. Me he pegado 11 años, tratando de averiguar si la guardería o el cole, tenían alguna actividad, para no quedarme la última o para organizarme con tiempo. Haciendo de detective. Sacando las palabras del niño con dificultad de un doble carpado hacia atrás.

Estaba viviendo ese asombro, cuando llegamos a casa y me tiro a leer las notas. Nada. No están colgadas en la aplicación. Luego, veo que me han mandado un montón de correos desde el cole. Empiezo por el de las notas. Solo había suspendido francés.

Esa fue otra! Hace unos días, recibí un correo de su profesora diciéndome que llevaba detrás de él para hacer el examen hacía ya varios días. Mi respuesta fue, la verdad, demasiado elocuente. Le dije la verdad. Le había preguntado por esa asignatura y él, que no habla ni cuenta nada pero es capaz de mentir, me engañó diciendo que no daba francés. Si alguien les dice alguna vez, que una persona autista no puede mentir porque no tienen teoría de la mente, le enseñan el dedo corazón y luego, si quieren, le cuentan esta anécdota.  Cuando me lo eché a la cara, le dije que estaba castigado hasta que llegara el examen. Sin tecnología dos días enteros con la consiguiente pérdida de confianza de su madre. Y ahí llegó cuando lo matan, que hubiera dicho mi abuela. Se quedó fatal. Eso no se lo esperaba. Menos aún que, al decírselo, rompiese a llorar. La perimenopausia amigos! Hizo el examen y lo hizo bien, pero en uno de los correos la profesora me explicó que el examen bien, pero que su nivel con la asignatura, corto. Y se disculpaba por la calabaza! Le contesté diciendo que, con su vocación y con nuestras ganas, íbamos a conseguir grandes cosas para el enano.

Luego, es algo que dejo para el final, leí el informe de la de PT que es la profesora, como digo yo, que lo ayuda en las asignaturas que tiene atragantadas, que lo empuja a socializar, una mujer que lo entiende…un solete de mujer, la verdad. Poco le pagan. Y no sé cuánto es.

En junio, cuando nos dio el informe, lo hizo con un montón de items en los que iba una cruz donde ponía si lo había conseguido (ahí no había marcado ninguno) si estaba en proceso (alguno) y los que no estaban en ninguno de esos dos grupos (casi todos). Ayer habían por lo menos doce ítems marcados como conseguidos. Y ahí me quedé. En la orilla de la cama. Sintiendo que, por fín, estamos en el camino. Que, seguramente, estábamos en él desde el principio, pero no nos habíamos dado cuenta. Además, acababa el informe explicando que, a pesar de haber cambiado ya tres veces de tutor, no le había pesado en el ánimo ni en su rendimiento académico. Oh my god!! Hemos currado tantísimo!! Es algo extenuante, pero…cuando ves recoger el producto de tu trabajo, te sientes como DiCaprio, el rey del mundo, la reina del mambo, la medallista olímpica, todo junto y a la vez.

Ahora toca coger un poco de aire y fuerzas para continuar con lo que nos queda, que viene fuertecito. No importa. Las buenas noticias de ayer, serán la gasolina de mañana. Feliz Navidad!!


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