Hoy me he levantado con los rabotazos de una rinitis alérgica que comenzó ayer. Estoy bastante mejor pero no bien del todo. Debe ser algún cambio de tiempo porque mi nariz actúa como un barómetro natural que se activa cuando va a producirse uno. Ojalá fuera que va a llover!

Luego, mientras preparaba mi desayuno ha venido el niño. El mando se ha quedado sin pilas. Lo miro y me devuelve la mirada como si, en vez de unas pilas, hubiera muerto su mascota. Bueno, pensándolo bien, la tele ES su mascota, y lo que ve en ella, el amor de su corta vida. Es su interés profundo.

Busco entre las miles de cajas que mi marido tiene por ahí llenas de cacharros y me pongo a buscar las pilas. Encuentro de otros tamaños y no de ese, la alergia comienza a protestar por mirar trastos, y retrocedo. Luego va él, por si su madre, esa vieja, no ha visto las pilas por culpa de ser tan mayor. Le he repetido que no hay lo que está buscando y recula. Me mira triste. Más que antes.

Me vuelve a repetir lo que ya sé. Él solo quiere que le diga qué solución le voy a dar al asunto y no una reiteración de una frase inútil y evidente. LAS PUTAS PILAS SE HAN ACABADO!!  Le digo que no he ni desayunado y que me deje en paz. Solo de pensar en salir a comprar cuando estoy enferma debería computar como un máster de pacienciología.

Comienzo a desayunar y escucho a su hermana levantarse. Aparece en la cocina. Le doy los buenos días y me contesta un «pa quien los tenga». Antes de darle un mordisco a mi sándwich le digo que qué saludo más lleno de buen rollo. No me pilla el sarcasmo. Me pregunta, ella, que es a tope de Avatar, que porqué está el mando en la cocina. Le explico. Me mira y coge unas pilas más pequeñas y papel de aluminio. Le digo que si rompe el mando me da un parraque. Ella me contesta que no sea exagerada. Que su reloj, el de su habitación, funciona haciendo lo mismo. Se sienta en el salón y la observo peleando contra su psicomotricidad fina destartalada utilizando su arma secreta. EL FOCO. Nadie puede ganar a la concentración de una persona autista. Miran tan a tope lo que tienen entre manos que, si pasas disfrazada de la Gallina Caponata no se darán cuenta. Un poco de FOCO más. «Ya está!» Le dice al universo. Su hermano vuelve al salón dando brincos. El mando funciona con ese truco. El orden en Avatar se ha restituido. Me echo el último trozo de sándwich a la boca. Doy mi último trago de café. Los miro y pienso que qué pena no caerles en suerte una madre de su planeta. Yo sólo fui la receptora de dos crías de Avatar que debe aprender no sólo de maternidad, sino también de seres de ese planeta. Sus costumbres, su forma de ser, sus FOCOS…me arrastro hasta mi habitación por no estar a la altura de las circunstancias. Al cabo de un rato, vienen los dos a besarme. «No te flageles terrícola» parecen decirme. «Entendemos tu falta de paciencia por estar enferma. Ustedes humanos sois así. Unos flojos que, ante esa adversidad de mierda se ponen como monos furiosos. Nosotros ya sabemos de esas chorradas vuestras pero, a pesar de todo, eres una buena madre con la paciencia justa para no haber cogido la maleta y haberte ido, por ejemplo, a Tegucigalpa». Los miro salir de mi habitación y pienso que la vida no pudo ponerme delante a dos personas más maravillosas. Si volviera a repetirse la historia querría vivirla de la misma manera. Con ellos. En este rincón de Avatar.

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3 respuestas a “Las pilas”

  1. Querida Ana, espero que te vayas encontrando un poquito mejor, es curioso que las mujeres trabajadoras siempre nos ponemos malas en los días libres.
    Me sorprende muchísimo la inteligencia y la capacidad de tu hija, lo que hizo con el papel Albal jamás se me habría ocurrido. Es un talento precioso que habla también de tu constancia, de todo lo que has sembrado y acompañado en ellos.
    Admiro tu paciencia, esa fuerza tranquila que te convierte en una gran madre. Y admiro también cómo, con tu manera de estar, haces posible que tus hijos desarrollen esas habilidades tan únicas.
    Qué suerte tienen de ti, y qué bonito es leerte siempre.
    Cuídate mucho, ojalá estuvieras más cerca, te haría un caldito de madre, de esos que curan todo, yo echo mucho de menos los de mi madre, aunque ahora soy yo quien los hace para todos.
    Muchos besitos y mucho ánimo. 😘💗🌷

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    • Muchísimas gracias! Eso que comentas lo he pensado yo ya. Siempre enfermo en los días que paro. Lo del truco del papel de aluminio lo encontró, cómo no! en un video de YouTube pero si, 55 años tengo y nunca me he topado con el video de marras. Hoy está el día raro, un tanto gris, como mi ánimo! Me comería encantada ese caldo. Seguro que me recoloca las chacras. Un beso enorme! Cuídate mucho!! ❤️❤️❤️❤️

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  2. Sí, parece que el otoño se quiere adelantar, aunque falta hacía que el dichoso calor nos dejara en paz.
    Piensa un poco más en ti, sé que es fácil aconsejar, pero llega un momento en la vida que en la cabeza hay que activar el interruptor de que tengo que quererme y cuidarme más, porque veo que el motor de esa casa eres tú y si no estás bien nada va a funcionar como debe.
    Así que ponte las pilas y quiérete, cuídate y date algún capricho aunque sea una nimiedad, pero disfruta de lo que puedas.
    Un besazo, Ana. 🥰🌷

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