Las aficiones

¿Cuál es tu afición o pasatiempo favorito?

Hoy me han pasado las horas por arriba. Hemos ido a un cumpleaños de un compañero del enano, al que no sé porqué llamo enano siendo ya casi más alto que yo. Creo que porque vi mucho Picapiedras y era así como Pedro llamaba a Pablo Mármol, que, además, era rubio! Soy más vieja que las pirámides!

Si fuera una madre de las egoístas, de las que ponen sus intereses por delante de los de sus hijos o de cualquier otro tipo, yo me hubiera quedado en casa escribiendo y leyendo además de visitar a mi amiga la lavadora como cada día, porque, quitando el tema lavadora, son las únicas actividades con las que disfruto.En su lugar, me fui a hablar con padres a los que veo de Pascuas a Ramos, que tienen unos problemas distintos, muy distintos a los míos, pero con los que comparto  algo en común. El cariño que sienten sus hijos  hacia el mio. Lo respetan, lo dejan ser, si no habla no importa, no abrazamos sino chocamos las manos…total, que hoy he agradecido a los padres el haber criado hijos tan buena gente y tan empáticos. Lo he verbalizado por primera vez. Sobre todo ahora que encaran la adolescencia y que ya saben cómo son esas cosas! Los chavales raros suelen caer de las listas!

Además fue un cumpleaños inclusivo, que hemos ido a otros donde el volumen de todo estaba tan alto que he salido afónica, y la actividad ha sido rápida. Fundamental para alguien como mi hijo que necesita periodos cortos para todo.

Hemos hablado del viaje de fin de curso y he escuchado con horror como me han confesado que el tutor le ha pedido a alguna que los acompañe. Concretamente a una cuyo hijo tiene alergias alimentarias potentes y prefiere el profesor que vaya acompañado. Yo no he tenido la misma suerte. A mi ni eso. Si no va, que es lo que quiere, mejor, porque así no le digo a la madre que no cuento con su hijo. Dejemos las cosas claras! A ella se lo pidió en quinto. A mi hijo y a mi nos debió dar la patada en el mismo curso.

Sobre la marcha he pensado que voy a hacer una reunión donde me van a tener que explicar, muy claramente, porqué el viaje de marras no es en absoluto inclusivo. Así podré ver sus caras, si no de vergüenza, que está claro que no tienen, sí la verdadera. Daré un discurso que no tengo que llevar ni preparado, y saldré de allí cagándome en todo. Pero que conste el pataleo. Solamente. Mi hijo ya ha dicho que no quiere ir y ahora ya entiendo porqué. Porque él ya notó la patada en el culo, a mi me ha costado más pillarla.

Tengo pensado un plan B, la verdad. Pensaba ir a visitar a mi familia en Barcelona en la misma época, porque tampoco quiero que mi hijo vaya al colegio.

En fin que, ahora, mientras escribo, siento una tristeza muy grande que se diluye a medida que le doy al teclado. Tac, tac, tac, haz magia y haz desaparecer a los adultos intolerantes. Tac, tac, tac..


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