¿Hay alguna edad o año de tu vida que te gustaría volver a vivir?
Si hay un año que me encantaría volver a revivir sería el año 2020. Algunos pensarán, «pero qué dice la loca esta??» «Qué se tomó??»
El año ese fue para mi un año de aprendizaje total. Cuando llegó el confinamiento, me di cuenta de qué y cómo estaba mi hijo. El ver a qué nivel estaban sus conocimientos de algunas asignaturas me llenó de horror, y eso que soy una madre que, quizás está demasiado encima de sus hijos, pero también soy mayor y, como todo ser humano de mediana edad, cometo errores y tengo despistes garrafales.
Lo bueno es que, sin necesidad de trasladarme a ningún sitio, conseguí que lo valoraran, primero online, y, cuando pudimos salir, presencial. Y ahí sí que se detectó lo que yo ya estaba viendo en casa. Que tenía un tdah que lo imposibilitaba para estar medianamente concentrado en ninguna actividad. Menos ver dibujos animados. Saltando eso sí. Con Bob Esponja de fondo. Así estudiaba yo para las oposiciones. Preparando el exámen en la cocina mientras lo veía a él en el salón, saltando y agitando sus manos. Muchas veces lo vi que las movía tan rápidamente que, me acercaba a él riendo y le decía que era como un colibrí, y, como él no sabía qué era eso, se lo enseñé con don Google en el móvil. Le gustó lo que vio y a mi me gustó estar con él y compartir mis días, esos días tan raros en los que solo podías salir a comprar, con mis hijos en casa.
Luego llegó mi cumpleaños. Mi cincuenta cumpleaños. Y, yo, que pensaba vivir el momento de manera épica, me tuve que conformar con hacerlo con mi madre. Solamente. Vamos!! Conformar es solo una manera de hablar! Ese mes que estuve con ella a solas fue el mejor mes de mi vida. Recuerdo aún el día en que me dio migraña y ella me puso un paquete de guisantes en la cabeza. Mientras descansaba de aquella manera ridícula, la oigo subir las escaleras de su casa corriendo, para decirme muy contenta que su marido había decidido no coger el avión para estar juntos. Ella estaba feliz y yo también. Iba a poder vivir unas vacaciones sin interrupciones. Sin tener que compartirla con nadie. Disfrutar de nuestras conversaciones, de nuestras confidencias.
Cuando se acabó el mes y cada una debió volver con su rutina, nos separamos con las pilas cargadas. Esa fuerza que ella me dio en aquél momento me sirvió para luego despedirla en un adiós definitivo al año siguiente. También me ha servido para todo lo que vino después de su marcha.
Me hubiera encantado que estuviera conmigo en estos momentos difíciles que he pasado. Saberme engañada, vulnerada mi seguridad…me ha hecho sentir con ganas de no salir de casa. Pero he pensado qué habría dicho mi madre y, con ello, he tirado para adelante. Con mucho gusto, volvería al momento justo en que nos vimos después de estar confinados y me preguntó que cómo nos saludábamos. Yo le contesté con un abrazo apretado y un beso milenario. Si tuviera que volver a algún día concreto sería ese. Y me quedaría ahí. En ese beso. En ese abrazo.❤
4 respuestas a “REVIVIR”
A mi también me gustó vivir ese 2020, totalmente diferente para nuestras vidas, y aunque otra gente no lo quiera reconocer, o lo quiera simplemente olvidar, aprendimos a valorar todo un poco (o mucho) más 🫶🏼🫶🏼. Gran y acertado artículo 🔝
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Muchísimas gracias! ❤️
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Hola!! Aquí otra persona que también disfrutó el 2020. Justo ese año nació mi tercer hijo y pues siento que pude disfrutar a plenitud de su cuidado. Sin la presión de tener que estar en la calle con las vueltas del día a día.
Estuvimos encerrados, pero agradecidos.
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Si. Esa fue mi sensación! No andar en ninguna rueda de hámster, sino disfrutando de cada minuto. Ojalá poder volver a vivir sin ese estrés!
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