Mi lugar favorito

¿Cuál es tu lugar favorito de tu ciudad?

Vivir en Avatar, a mis 54, es un poco duro. Anoche se desveló el niño y, como un reloj suizo, me preguntó la hora a las 3:30, 4:30 y 5:30. A esas horas exactas. Antes me hubiera despertado con él y lo hubiera acompañado en su desvelo. Eso hacía con su hermana. Ya no tengo esa energía. Le di el mando de la tele, y en un tono agónico le rogué que no la pusiera a mucho volumen. Al cabo de un rato que no puedo precisar, estaba dormido. Luego se levantó a hacer pis, sobre las siete, y volvió a acurrucarse junto a mi y a quedarse dormido. Sorpresa mayúscula. Jamás había visto ese fenómeno. Siempre seguía el mismo ritual y me pedía el desayuno. Pero hoy le pesaban las horas sin dormir. Yo he dormido otro rato a su lado.

Me ha despertado mi hija. La he oído bajar las escaleras. Cuando vives con autistas, tu oído se hace finísimo porque, ellos se levantan, se van a un rincón de la casa, y allí se quedan, acurrucados. Mirando el infinito. Pensando. Echando de menos no vivir en el planeta que se merecen. Puede ocurrir que, buscándolos por la casa, al girar la esquina, te los encuentres y te lleves un susto cósmico. Por eso es importante ser como un sioux. Porque te evitas un infarto.

Total, que mi hija se ha levantado y ha empezado a hablarme de oposiciones, de tests, de la vida, de su vida, mientras yo suplicaba que no se parase al hablar y acabara de poner la cafetera. Necesito mucha cafeína. No he acompañado a su hermano en su vigilia, pero que me haya despertado, viva hacerse mayor! ha pesado en cómo me arrastro por la casa.

He oído una voz detrás de mi: «hoy no hay churros. Está lloviendo!» Eso mi marido. Otro gato sigiloso. Me ha dado un buen susto. Cómo no!

Total, que ha salido el sol, se han vestido y han salido a desayunar a la gasolinera que está a la entrada del pueblo.

Me he quedado sola, disfrutando del olor a tierra mojada del  jardín, escribiendo. Y entonces caigo en la cuenta que aquí es mi lugar favorito. Donde está mi familia. Donde me acurruco con mi hijo y me vuelvo a dormir. Donde oigo a mi hija hablar. Me da igual de qué. Hace algunos años, verla como está hoy me hubiera parecido un milagro! Me gustan los lugares donde mi marido, sin un buenos días me habla de su interés. Esta vez, churros. Le he dicho que le pida al niño chocolate. Ha flipado con ese conocimiento que tengo del mundo, mientras yo me sonrío para mis adentros. No sabía que vendían churros. Ya ves, soy tu guía Michelín, le he dicho con sorna.

Ahora me levantaré de aquí y me pondré a limpiar cada rincón de esta casa. Para poder seguir haciendo recuerdos. Como los de hoy mismo!


5 respuestas a “Mi lugar favorito”

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